Las agresiones que la comunidad humana causa a la Tierra y a la Vida, se las causa a sí misma, hasta el punto de poner en peligro la continuidad de la especie en el planeta. Pero con o sin humanos, la Vida continuará. Eso nos ha recordado el Monte Pindo. Agredido por un salvaje incendio que asoló valles y laderas en el año 2013, cuatro años después la Vida recupera terreno en un paisaje duro.
Nuestra ruta fue alegre y relajada, dentro de su dureza. Subimos hasta A Cova da Xoana, hasta A Moa y dimos una gran vuelta por todo el macizo, recorriendo el valle del rego Caldeiras, celebrando la fuerza de la Vida y disfrutando de una hermosa jornada.
Aunque participé en esta ruta, fue organizada por Transitum Natura, proyecto en el que estoy muy implicado y que para el próximo sábado organiza una actividad de mañana, esta vez por el valle del Mandeo. ¡¡Allí nos veremos!!